La Universidad Nacional de Río Negro

Dialogamos con Diego Aguiar, Mariano Costa y Germán Guaresti –referentes de la UNRN– sobre las propuestas que despliega este espacio educativo con 14 años de existencia en la región andina.

¿Cuáles son las características distintivas de esta universidad?

Una particularidad es que está muy distribuida en el territorio. En la actualidad desarrollamos actividades académicas de docencia, investigación y extensión en 9 ciudades. La mayoría de las universidades nacionales están localizadas en un lugar mientras que la nuestra tiene tres sedes: la atlántica, la del valle y la sede andina que incluye a Bariloche y El Bolsón.
Otra particularidad que tiene es que en la mayoría de las universidades del país sus gobiernos están integrados por docentes, no docentes y estudiantes, mientras que nosotros además de esos tres claustros incorporamos representantes de instituciones científicas, la legislatura, colegios de profesionales, sindicatos, etc. Hasta donde sabemos somos la única de las casi 60 universidades del país que tiene está característica, quizás porque esta universidad se concibió para tener impacto en cada región que está emplazada y en ese sentido las ofertas de carreras de grado y pos grado, en gran medida tienen que ver con el perfil de cada zona y/o ciudad.
Por ejemplo, en Bariloche dictamos la carrera de turismo, de hotelería, que tienen que ver con la matriz económica y laboral de esta ciudad y debido a su perfil tecnológico también tenemos 4 tipos de ingenierías. También en la zona andina tenemos carreras como antropología que tiene que ver con los pueblos originarios. En cambio, en la sede atlántica están las carreras de contador y abogacía porque hay muchas instituciones públicas y en Choele Choel se dicta veterinaria ya que el valle y esa localidad están más vinculados a lo rural. Gracias al dinamismo de nuestra institución en 14 años logramos tener una oferta de carreras enorme y diversa.
Otro aspecto es lo fuerte que somos en investigación. En la actualidad estamos entre las diez primeras en el ranking de productividad en investigación entre las universidades nacionales y sin dudas, esto tiene que ver con tener trabajando a muchos investigadores y becarios del Conicet. Es una institución que en poco tiempo ha demostrado que tiene calidad y cuyos títulos son valorados.
Entre Bariloche y El Bolsón en la actualidad tenemos alrededor de 3000 alumnos, 600 docentes de grado y posgrado, 60 investigadores del Conicet, 70 becarios doctorales que están haciendo sus tesis en esta institución y 100 no docentes. Es un número muy elevado en comparación con otras universidades del país. También contamos con 10 unidades ejecutoras, que son centros, institutos o laboratorios, que nuclean a investigadores y becarios en temáticas generalmente vinculadas a las carreras de grado.

¿De qué manera deciden qué carreras se abren cada año?

La mayoría de las 21 carreras que tenemos comenzaron cuando se inició la universidad en el 2009, en aquel momento se analizaron las 3 sedes y sus necesidades consultando a actores sociales locales, intendencias e instituciones de referencia. En el año 2014 se abrió la carrera de ingeniería en telecomunicaciones en consonancia con el gobierno nacional de ese entonces que, a través del Ministerio de Planificación, financiaba la infraestructura necesaria para poder crear ese tipo de carreras –que necesitan mucho equipamiento– en el interior del país. Nosotros ya teníamos la carrera de ingeniería electrónica, que comparte algunas asignaturas con ingeniería en telecomunicaciones y viendo también el perfil productivo de la ciudad decidimos abrir esta carrera.
La carrera de medicina nació de un estudio de factibilidad y de la necesidad de tener médicos y médicas en la región andina y sur, ya que en las últimas décadas se convirtió en un gran problema no contar con profesionales de la salud en la zona. El estudio de factibilidad determinó cuántos médicos hay y habrá en 10 años teniendo en cuenta sus jubilaciones y en el 2022 se crea la carrera diseñada para formar médicos con una mirada basada en la atención primaria de la salud y en el contexto local y regional.
La carrera de medicina también tiene esa impronta de innovación en su proceso de enseñanza y aprendizaje en concordancia con las nuevas tendencias en materia de educación en ciencias de la salud a nivel mundial.

¿Qué información útil le suministrarían a las y los futuros estudiantes y sus familias?

Muchas veces los chicos y las chicas no tienen en claro qué carrera quieren estudiar, porque las referencias que traen desde el secundario no les alcanzan para hacerse una idea general de lo que significa una carrera ni reflejan la diversidad de la oferta de todas las instituciones públicas que hay en la región Andina que suman alrededor de 60 carreras.
Al respecto la UNRN dicta durante todo febrero un curso que es virtual y que no implica tener que mudarse a la localidad donde funciona la cursada. A partir de este curso cada estudiante va dándose cuenta qué es lo que realmente le interesa y con esa información puede tomar decisiones más certeras. Resulta oportuno entonces que los y las estudiantes se inscriban en este curso, vale la pena probar y experimentar y hay que tener en cuenta que no necesariamente la elección va a ser la correcta en el primer intento, el primer año es un tiempo de búsqueda en el que cada quien va conociéndose y vislumbrando su camino.
También es importante que las y los estudiantes sepan qué carreras se relacionan con la demanda del mercado laboral, ya que existen diversos puestos de trabajo vacantes que no se cubren por falta de profesionales. Sucede que en la actualidad es difícil trasladarse desde otras zonas del país porque la situación habitacional de la ciudad es muy compleja, entonces quienes egresan de carreras vinculadas a la demanda del mercado laboral local tiene más oportunidades porque ya viven aquí y tienen resuelta la cuestión habitacional. En las reuniones que mantenemos con sectores productivos nos plantean regularmente la necesidad de profesionales vinculados a carreras estratégicas como electrónica, telecomunicaciones y computación, por ejemplo.
Por otro lado, para quienes egresan existen múltiples pasantías rentadas en instituciones y empresas importantes de la ciudad, así como existe también un sistema de becas para estudiantes que apunta a una diversidad de perfiles: población trans, pueblos originarios, pobladores de línea sur, padres y madres embarazadas o que realizan actividad deportiva federada, etc. Esas becas se complementan con planes que brinda el estado nacional como el Manuel Belgrano o el Progresar, los cuales son becas estratégicas para el desarrollo del país en materia de ciencia y técnica.

Los ejes de la UNRN son el académico, el de investigación y el de extensión. ¿Qué importancia tiene cada uno y cómo interactúan entre sí?

Todos son importantes, pero la cuestión central como en cualquier universidad es sin dudas la enseñanza que incluye no solo las carreras, sino también diplomaturas y certificaciones académicas de menos de 2 años que estamos tratando de impulsar porque hay demanda al respecto. En ese sentido hemos abierto diplomaturas en música, fotografía y operadores socio comunitarios, por ejemplo.
Por otro lado, un 30 % de los y las docentes además de dar clases hacen investigación y eso es muy importante, porque entendemos que desde este espacio no solo debemos reproducir conocimientos que ya existen sino también generarlos junto con la tecnología necesaria para ir solucionando los distintos problemas de la vida social. Es que el mundo cambia cada vez a mayor velocidad y esos cambios sociales, políticos, económicos, culturales, tecnológicos, hacen que haya quienes tengan que estar produciendo conocimiento para comprender y solucionar problemas que no existían 20 años atrás. La universidad es un pilar central en la producción de conocimiento y los docentes que lo van generando lo van volcando en las diferentes asignaturas. En este sentido a muchos alumnos avanzados les damos la oportunidad de que se sumen a los proyectos de investigación de sus propios docentes, de modo que si en alguna de esas carreras hay alumnos que tienen una vocación por la investigación y la generación de contenidos pueden participar en dichos proyectos.
Por su parte la extensión incluye todas las actividades que desarrollan estudiantes, docentes e investigadores vinculadas a la solución de diversas problemáticas sociales. Estas actividades están articuladas con organizaciones no gubernamentales, colectivos de trabajo, juntas vecinales, cooperativas, instituciones estatales y un sinfín de actores sociales y territoriales con los cuales articulamos mediante proyectos de extensión propiciando siempre que más docentes apliquen a ellos. Tal es así que en esta universidad todos los alumnos de grado tienen que hacer un Programa de Trabajo Social, o sea que en algún momento de su carrera tienen que participar de algún proyecto socio comunitario coordinado por un docente, ya que entendemos que hace a la formación integral de una persona que se recibe brindar algún tipo de asistencia a algún grupo social desfavorecido. Es que uno de los ejes que caracterizan a nuestra universidad es la asociatividad y para profundizarlo resulta fundamental sostener estas articulaciones con la sociedad.

¿Cuántos estudiantes de otras localidades estudian en la UNRN? ¿Cuál es la franja etaria más significativa?

Tenemos 3000 alumnos de los cuales se inscriben 1200 por año. De esos 3000 el 80 % son oriundos de las localidades donde dictamos clase y de sus zonas periféricas y el 20 % restante proviene de lugares más alejados. Esto ocurre principalmente en las carreras que son únicas en país, como por ejemplo la licenciatura en agroecología que se dicta en El Bolsón, donde tenemos una alta tasa de alumnos que vienen de otras localidades y provincias. Respecto a las edades el 60 % egresó del secundario el año anterior a su ingreso y el 40 % tiene más de 18 o 19 años. Un componente muy importante para remarcar es que casi el 70 % de los estudiantes, dependiendo la carrera, son la primera generación en sus familias que accede a la universidad.

¿Cómo resultó la vuelta a la presencialidad? ¿Se mantuvo la misma matrícula? ¿Cómo trabajan actualmente?

En el 2022 tuvimos record de inscripción de alumnos y estimamos números similares para el 2023. Respecto a cómo funcionó la modalidad virtual nuestra evaluación es que existió un esfuerzo gigante de todos los actores de la comunidad universitaria para implementarla lo cual resultó en un fuerte aprendizaje que hizo por ejemplo que muchas materias todavía continúen con un fuerte componente virtual, dependiendo las características de las mismas y el perfil de los estudiantes. Sin embargo, hay carreras como teatro o medicina que requieren de la presencialidad ya que tienen mucho trabajo de campo.
De modo que los resultados fueron muy heterogéneos dependiendo del tipo de carrera, aunque en términos generales la incorporación de contenidos virtuales resultó muy significativa, principalmente en los posgrados, donde se sigue usando mucho. Justamente hace poco inauguramos tecnología hibrida con pantallas táctiles que permiten transmitir en línea lo que el docente está escribiendo y mejora la posibilidad de participación de quienes están conectados. También comenzamos a dictar una especialización en docencia universitaria para formar mejor a los docentes y que brinden mejores clases presenciales y virtuales con la intención de mejorar las tasas de graduación. Es que muchos de los docentes no han sido formados para ser docentes, sino que son graduados que dan clases, no son profesores, por eso comenzamos a dar este complemento y alentamos a esos docentes a que lo hagan para que se capaciten en cuestiones pedagógicas y didácticas.

¿Qué porcentaje de los que se inscriben terminan en tiempo y forma?

Los números a nivel país dicen que de diez alumnos que ingresan se reciben tres y nosotros estamos más o menos en esos parámetros. Salvo medicina que tiene otro sistema el resto de las 20 carreras más o menos se mantiene en esos valores. Este es un problema a nivel mundial y se da por el salto que hay entre la educación media y la universitaria. Es un tema que se lo plantea todo el sistema universitario y hay diferentes estrategias para tratar de mejorar ese número y que sea un porcentaje más alto de estudiantes el que egrese: realizar tutorías, hacer planes de estudio más flexibles con más prácticas, evitar el exceso de correlativas o dar becas, ya que hay muchas alumnas y alumnos que no pueden terminar sus carreras por cuestiones económicas, pues tienen que salir a trabajar. En este sentido vemos que los alumnos que están becados tienen mejores rendimientos y más posibilidades de egresar que los que no.
Por otro lado, hay alumnos que no egresan y dejan la carrera promediando sus estudios, pero igualmente lo cursado y/o rendido les sirve mucho para su inserción laboral, ya que les resulta suficiente para conseguir un trabajo o sostener su emprendimiento. Nuestro deseo de todos modos es que la gente termine sus estudios. No obstante, hay carreras en las que la deserción es más habitual, como ingeniería y computación, porque hay mucha demanda laboral y una brecha muy grande entre las necesidades y la oferta existente, muy pocos terminan estas carreras porque son contratados con muy buenos sueldos antes de terminarlas.

¿Qué objetivos pendientes tienen en cada una de sus áreas para el 2023?

Un tema pendiente que tenemos es mejorar algunas cuestiones edilicias. Al respecto a mediados del año que viene vamos a inaugurar en el campus otro edificio con 14 aulas donde nos vamos a acomodar mejor. Si bien tenemos alquilados varios lugares no es lo mismo que contar con espacios propios. A su vez a nivel edilicio tenemos pendiente tener un edificio propio para investigación y un edificio para la administración de nuestra sede andina. También nos preocupa y estamos trabajando en la retención de las y los estudiantes de primer año y en la terminalidad educativa de quienes están atravesando el proceso formativo, buscando que las materias de primer año sean más abarcativas, con aspectos comunicacionales más asimilables, y que una vez egresados tengan una inserción fuerte, con prácticas que los vinculen rápidamente al mercado de trabajo. Eso nos obliga a que los planes de estudio se vayan actualizando acordes a las nuevas necesidades del mercado, por ejemplo, no es lo mismo el turismo antes de la pandemia que después, ya que básicamente cambió la forma de hacer turismo. (Diego Aguiar, vicerrector de la sede Andina)
Desde la carrera de medicina los desafíos que tenemos para el 2023 son ofrecer a la futura camada de estudiantes una nueva oferta de posgrado e inaugurar el centro de salud clínica, ya que este interés por la asociatividad que tiene la universidad, este espíritu, está dentro del plan de estudios de la carrera de medicina que propone abordar al ser humano de una manera integral. En la actualidad todas las nuevas carreras de medicina del mundo tienen este formato que estamos usando, el cual intenta integrar los conocimientos del área biomédica con los del área social, lo cual resulta en un aprendizaje de mayor profundidad. Una característica particular de este nuevo formato es que rompe con la lógica de la clase expositiva y es el estudiantado el que desarrolla toda la actividad inherente a su aprendizaje, el cuerpo docente tiene una función de guía, de acompañante, de facilitador de esos procesos con estrategias pedagógicas puntuales como la simulación clínica y la relación con el paciente, porque otra de las características de nuestra carrera es propiciar un aprendizaje basado en la comunidad, en este sentido desde primer año el estudiantado toma contacto con las personas usuarias del sistema de salud a través de un espacio curricular que se llama Tutoría en terreno desde el cual los y las estudiantes van una vez por semana en grupos a diferentes centros de salud a realizar trabajo comunitario. (Germán Guaresti, Director de la carrera de Medicina)
Otro tema pendiente es trabajar más con las empresas –especialmente con las pequeñas y medianas pymes– y ayudarlas a conseguir financiamiento para hacer mejoras. Hay que comenzar a definir puntos de encuentro e identificar perfiles y recursos humanos en oficios específicos en los que no se está formando gente. Así que en esa mesa de trabajo estamos pensando en una escuela de orientación profesional que permita, con cursos de un año, generar accesos a puestos de trabajo bien concretos. (Mariano Costa, Secretario de Docencia, Extensión y Vida Estudiantil de la Sede Andina)

Contacto: www.unrn.edu.ar