Mapeando el Nahuel Huapi, una construcción colectiva

«Mapeando el Nahuel Huapi» es un Archivo Digital Comunitario que ofrece acceso público y gratuito a fotografías, videos y documentos sobre los pobladores de la región recabados desde 1999 por Archivos del Sur.

Estamos acostumbrados a creer que lo escrito es incuestionable y solemos tomarlo como la verdad absoluta, olvidando que esos textos, libros y/o documentos fueron producidos por determinadas personas en un contexto específico. Esto no es menor, si tenemos en cuenta que la mayoría de los documentos históricos son obra del sector de la sociedad que ha detentado el poder y a partir de esos documentos ha podido establecer “su” verdad como única e incuestionable, excluyendo a la oralidad como una fuente válida de conocimiento sobre el pasado. Por eso cuando se trabaja desde “la historia oral” o desde “la memoria” los resultados son deslegitimados generándose una contradicción entre los documentos escritos y los testimonios orales que en realidad no existe, por el contrario, las fuentes orales y las escritas son complementarias ya que la historia no es en singular: hay siempre una multiplicidad de memorias.

Nuestro objetivo, desde Archivos del Sur, es dar cuenta de esa parte no contada de la historia, invisibilizada por estar fuera de los libros y los documentos oficiales. A través de nuestro trabajo buscamos destacar la profundidad y la densidad histórica del territorio que habitamos. En este sentido la historia escrita y difundida como oficial comienza con la creación de la Colonia Agrícola y Pastoril del Nahuel Huapi y la posterior instauración de la Dirección de Parques Nacionales, haciendo hincapié en la abnegada tarea de las familias pioneras de origen europeo que llegaron a poblar el “desierto” y en el arribo del ferrocarril como principal dinamizador de la actividad económica. Pero allí no empieza la historia de la región. Existen, por ejemplo, la historia de los criollos empobrecidos y silenciados que buscaban un nuevo horizonte de prosperidad y vieron truncados sus anhelos; y también las historias de aquellos pobladores mapuche que vivían en la zona desde mucho antes y vieron sus vidas modificadas por la imposición de un modo de vivir que puso fin a sus prácticas tradicionales. Con nuestra labor buscamos brindarle un espacio a esas voces que no han sido escuchadas y a esas memorias que no han sido escritas. Memorias que cuestionan, que sacan a la luz violencias e injusticias.

Desde nuestros inicios, allá por el año 1999, de la mano de los Museos regionales, de especialistas e investigadores y de las propias familias, venimos llevando adelante estrategias para abordar la historia de la región del Nahuel Huapi desde las voces de sus protagonistas. Hasta el presente entrevistamos a más de 40 pobladores, editamos 8 libros, generamos una decena de cortos documentales que plasman saberes y memorias compartidas y en los últimos 15 años, gracias al financiamiento externo obtenido a través de proyectos presentados desde la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer, hemos logrado digitalizar alrededor del 80 % del material documentado en distintos formatos.

En la actualidad nos encontramos en una etapa de comunicación del trabajo realizado hasta el momento. La difusión en las redes sociales en los últimos años ha sido fundamental, incrementándose considerablemente nuestro archivo documental comunitario. Precisamente a partir de esta intención de socializar con la comunidad regional el material que llevamos recabado, luego de más de 20 años de trabajo, es que surgió el proyecto del “Mapeo”, en el que estamos volcando los documentos y las memorias obtenidas a partir del intercambio constante que mantenemos con las familias de los pueblos originarios y de los pobladores criollos e inmigrantes arraigados en nuestro territorio en los años que siguieron a la denominada “Conquista del desierto”, un desierto que no era tal, ya que estaba habitado desde tiempos inmemoriales por culturas preexistentes consustanciadas con una tierra caracterizada por sus enormes riquezas naturales.

“Mapeando el Nahuel Huapi, una construcción colectiva” comenzó a tomar forma en marzo del año 2020 a partir de la articulación que desde Archivos del Sur concretamos con Mattias Borg Rasmussen, antropólogo de la Universidad de Copenhague, Dinamarca. En Mayo de 2022 fue presentado ante el público general la primera etapa de este trabajo que consiste en la adecuación de un software y la carga de datos iniciales en una nueva página web, a cargo de Fiqus Cooperativa de Software. Esta etapa fue financiada en gran parte por la universidad mencionada. El Mapeo es, en pocas palabras, un gran Archivo Digital Comunitario, un sitio web en el que toda la comunidad tiene acceso a las fotografías, videos y documentos sobre los pobladores de la región del Nahuel Huapi que hemos ido recabando a través del tiempo. Además, la página se vincula por medio de enlaces a otros sitios web que desarrollan un trabajo afín o tienen material interesante relacionado con la historia de las poblaciones de la región.

Desde nuestro colectivo de trabajo consideramos que este proyecto es una herramienta fundamental para comunicar y democratizar los archivos históricos. Nos interesa poner en valor las historias de vida de los pobladores y aportar de este modo a reconstruir algunas de las distintas aristas que conforman el conjunto de la historia regional. En este sentido, consideramos relevante conocer, por ejemplo, la voz del Ingeniero Napoleón Beveraggi que dirigió, entre muchas otras, la construcción del puente sobre el rio Limay y también la voz de los trabajadores testimoniando sus esfuerzos para que el plano en el que el ingeniero desplegó ese proyecto se transforme en una realidad palpable. O el diseño del menú del Hotel del lago Espejo de la familia Meier en la temporada 1953 y la voz de las cocineras que preparaban las comidas, protagonizaban la elaboración de los platos y se vinculaban con la familia propietaria del hotel y con los turistas que lo visitaban.

Nuestro desafío es difundir y aportar a la reconstrucción de estas memorias e historias de vida de los protagonistas reales y mayoritariamente anónimos, a través de herramientas que permitan compartir una narrativa histórica regional, amplia, plural y accesible al público en general. En este sentido buscamos que este archivo colectivo aporte a la construcción de una perspectiva intercultural y, a partir del trabajo con los relatos orales y las memorias locales, estamos empeñados en la generación de espacios que incluyan a las voces silenciadas, respetándolas y valorándolas como lo que realmente son: un aporte insustituible a la hora de reconstruir la auténtica trama histórica que determina nuestro presente. Consideramos a su vez que esta búsqueda es urgente para contraponer estos saberes a discursos que promuevan, inciten e intenten legitimar la discriminación, la deshumanización y la violencia hacia personas o grupos humanos en función de la pertenencia de los mismos a identidades culturales, étnicas, raciales, religiosas, políticas, de género, etc.

A partir de 1885 y de la instalación y el desarrollo de las inmensas estancias privadas y del Parque Nacional Nahuel Huapi, se llevó adelante una política de exclusión de los trabajadores criollos y de desplazamiento de las comunidades mapuche sobrevivientes del genocidio que implicó la conquista del territorio patagónico por parte del estado nacional, un estado nacional que luego desconoció los derechos territoriales del Pueblo Mapuche y atentó contra las formas de organización en torno al trabajo y al uso del suelo tanto de habitantes originarios como de criollos, despojándolos de la tenencia de la tierra. En este proceso de precarización, muchos trabajadores rurales, que llevaban adelante actividades agrícolas y ganaderas por su cuenta, se convirtieron en mano de obra barata para las nuevas estancias que comenzaban a establecerse en la región.

Durante las entrevistas que realizamos en muchas ocasiones aparecen relatos sobre las quemas de ranchos, llevadas adelante y legitimadas por el estado en la segunda década del siglo XX como método de expulsión violenta de los pobladores. A su vez salen a la luz vivencias en relación a la llegada al territorio de Parques Nacionales, la implementación de los Permisos Precarios de Ocupación y Pastaje y las presiones ejercidas a los pobladores, quienes se encontraban asentados en la región desde antes que se instalara esta institución en 1934. En este contexto, también surgen memorias y testimonios de enfrentamientos y resistencias de varias poblaciones ante los múltiples intentos de expulsión.

Lamentablemente en la actualidad permanecen vigentes estos discursos que fundamentan arbitrariamente y promueven el despojo de tierras y diferentes formas de violencia contra comunidades originarias y pobladores rurales criollos. Los intereses económicos de los sectores dominantes y los grandes proyectos inmobiliarios en la Patagonia entran en tensión con las formas de organización de los trabajadores rurales y de las comunidades originarias, ejerciendo presión los primeros para apropiarse de los territorios. En este marco, la historia oficial silencia la profundidad histórica de estas disputas, basándose en relatos discriminatorios y negando la existencia de comunidades originarias en la zona. Ante esto, consideramos fundamental la construcción de espacios colectivos que impulsen la divulgación de las distintas voces.

El registro de memorias y narrativas orales permite visibilizar esta realidad histórica, ya que los testimonios directos de los protagonistas y sus descendientes involucran lo cotidiano y particular, expresando de este modo las consecuencias de los hechos políticos a gran escala en la cotidianeidad de las personas cuya historia personal es parte inescindible de la historia en su conjunto. Como afirman Liliana Barela, Mercedes Miguez y Luis García Conde en su libro Algunos apuntes sobre historia oral y cómo abordarla (2009) “Hacer historia requiere habilidades determinadas, poseer métodos y criterios propios, pero no es una tarea que necesariamente se deba restringir al campo de los especialistas. La sociedad en su conjunto, como protagonista vital, no puede estar excluida de esta actividad. De lo contrario, tendríamos una historia incompleta, parcializada, despojada de las voces de los pueblos, propulsores indiscutibles de su propia historia. Es por ello que la historia oral pone en valor las fuentes orales, y recupera de este modo un espacio para la historia no oficial. No hay futuro para los pueblos sin un permanente ejercicio de la memoria (…)”